En nuestras aulas nos encontramos con estudiantes de una nueva generación: la digital. Por tal razón, aprender a tejer en ambientes virtuales los procesos de enseñanza y de aprendizaje relacionados con nuestra área de formación, es una tarea de la educación para el siglo XXI. Más aún, cuando nos encontramos con estudiantes que se están formando para ser docentes.
Pero no solamente se trata de aprender a manejar las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC), sino de estar atentos a las diferentes maneras que nos permiten articularlas con los contenidos de nuestra área. Aquí la investigación educativa ocupa un lugar esencial en tanto nos permite leer a nuestros estudiantes y a nosotros mismos. Nos permite, como lo plantea Goodman (1982), construir nuevos significados. Es decir, cuando los lectores y las lectoras trascienden la literalidad a partir de la inferencia, la comparación y la extracción de conclusiones, pueden emitir juicios con criterios para la transformación de sus realidades contextuales.
Nosotros, maestros y maestras no podemos hacer caso omiso de las herramientas tecnológicas que permiten otras mediaciones y lecturas. En especial cuando ya la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) (2004) reconoce la importancia de las TIC en los procesos de enseñanza y de aprendizaje. Como dice un estudiante:
“Que el maestro se arriesgue. Quien crea una multimedia es un maestro porque le está haciendo entender a las personas que están conectadas muchos aspectos que, en ocasiones, no se encuentran en la Internet” (Estudiante del grado 11 entrevistado)
En contraste, y en la mayoría de los casos, varios docentes han quedado en desventaja con relación a sus estudiantes en el uso de las TIC mientras que para ellos y ellas éstas se han vuelto cotidianas; son hábiles en el uso de celulares con opción de almacenamiento de todo tipo de información con posibilidad de acceso a Internet y video juegos, y en el manejo de aparatos de audio donde pueden guardar información ya sea en formato mp3 o mp4. En este sentido, y pese a la ausencia de herramientas que posibiliten otros procesos formativos en la escuela, los estudiantes y las estudiantes ya hacen lecturas en sus contextos sin importar las dinámicas académicas a las que acuden cotidianamente durante ocho horas, que suelen volverse aburridas, tediosas y, a veces, insoportables.
¿Qué debemos hacer en nuestras aulas para incluir estas nuevas tecnologías? Reflexionar acerca de nuestro quehacer y volver extraño lo cotidiano del entorno escolar, lo cual exige por parte del docente una mirada crítica; es decir, por simples que parezcan los acontecimientos del aula, se deben leer porque en esos actos humanos propios de la cultura escolar es donde está el insumo para revaluar los procesos curriculares.
Y es que esos espacios de reencuentros pueden mediarse con las TIC, pues permiten que la información y la comunicación esté al alcance de la sociedad sin distingos socioespaciales y económicos.
Por tanto, la experiencia pedagógica que a continuación presento tiene como objetivo entregarles a los maestros y a las maestras, más que un texto informativo, una narración intencionada, no solo para ser leída sino para ser reflexionada y retomada en otras prácticas y en otros contextos. Es una propuesta que ha trascendido el espacio escolar.
Otro de los propósitos es el de tejer discursos, sueños y en general ideas desde el lenguaje de las TIC en los procesos de comprensión y producción textual; esto en tanto considero la sociedad de la información como un espacio de desarrollo social caracterizado por la capacidad de los seres humanos para adquirir, procesar y compartir información a través de otras mediaciones.
¿Por qué tejidos cuyos telares sean las TIC?
Para dar respuesta a este interrogante, el siguiente texto lo he dividido en dos partes. En la primera definiré los conocimientos y características tanto personales como formativas del docente que se proponga en su aula de clase a desarrollar la propuesta que en este libro se sistematiza. Se ramifica en cuatro momentos: en el primero, denominado Lo tangible y lo intangible en la materialización de un tejido, abordo la significación que asume la tecnología articulada con la información y la comunicación. En el segundo, La urdimbre del maestro para la enseñanza de la Lengua Castellana, una forma de entrelazar con armonía su conocimiento, ubico la visión autoformativa del docente de Lengua Castellana: qué le compete en su permanente proceso de cualificación en el uso de las TIC en el aula de clase. En el tercer momento, Forjando tejedores de sueños en medio de la realidad, se trabaja la parte formativa en el proceso de enseñanza y de aprendizaje. Finaliza con un apartado donde se describen las implicaciones que tienen para un estudiante el uso de las TIC.
En la segunda parte Tejiendo con mi voz y otras tantas voces… describiré los elementos conceptuales que fundamentan mi propuesta.
Lo tangible y lo intangible en la materialización de un tejido
Hacer uso de las TIC en la educación permite considerar que cuando los aprendizajes están cargados de significados es porque en los procesos de enseñanza median la comunicación y la información articulados de manera armónica con propósitos claros desde los conceptos básicos del área específica, en este caso, los que permiten que la lengua castellana sea enseñada: lenguaje, lengua, habla, comunicación, competencias, orales y escritas, otros sistemas simbólicos, entre otros.
La tecnología hace más asequible el conocimiento desde sus procesos de comunicación: el celular, la televisión, la radio y la Internet, y desde los procesos de información: la informática, telemática, e interfaces; en este sentido, son muchas las bondades de las TIC en tanto permite lo siguiente: acceder a la información sin distingo de realidades socioespaciales, la colaboración y el intercambio con otras personas en el mundo, el fortalecimiento de las capacidades de interacción con otros a través del acceso equitativo, la posibilidad de mayor eficiencia y eficacia en los procesos de formación, la posibilidad de generar ambientes virtuales de aprendizaje, la reducción de costos y la flexibilidad en las presentaciones del sistema de comunicación que ofrecen los productos cuyo fin sea informar, formar o recrear.
“Es muy importante conocer el significado de estos medios porque si no conozco qué es un blogger no voy a tener noción y bases para continuar. La práctica es fundamental en la orientación de un maestro” (Estudiante del grado 11 entrevistada)
En este sentido, el manejo de la información requiere de la orientación de un docente para el desarrollo de determinadas capacidades, entre ellas: la ubicación de necesidades de información y planeación para la búsqueda de información con sus respectivas estrategias: identificar y registrar fuentes, discriminar y evaluar la información, procesar para producir información, generar productos de calidad y evaluar procesos y productos.
La urdimbre del maestro para la enseñanza de la Lengua Castellana, una forma de entrelazar con armonía su conocimiento
Desde la visión autoformativa, el maestro o la maestra debe: buscar, clasificar y seleccionar información propia del área específica y otras que converjan en el proceso formativo, mantener y permitir una constante comunicación a través de medios electrónicos, rastrear y estudiar softwares educativos, hacer parte de equipos de trabajo para el desarrollo de materiales que permitan formar en el área específica, ser autónomo con el conocimiento. Sin importar nuestra área de formación debemos explorar nuevas maneras para enseñarla asistiendo a capacitaciones o haciendo lecturas de fuentes bibliográficas o cibergráficas, y manteniendo una actitud investigativa durante el desarrollo de nuestros cursos: estar en un constante proceso de comparación, análisis, síntesis y experimentación. Además de lo anterior, conocer quiénes conforman la comunidad académica de nuestra área para observar cómo redimensionan y cuestionan las prácticas pedagógicas que consideramos apropiadas.
Forjando tejedores de sueños en medio de la realidad
Desde la parte formativa en el proceso de enseñanza y de aprendizaje tenemos otra misión: planear actividades consideradas ‘tradicionales’ con herramientas que dinamicen de otra forma. Por ejemplo, los tipos de acentos pueden trabajarse desde software educativos. Con mis estudiantes he desarrollado este tipo de prácticas a través del programa Clic 3.0, que permite el diseño de ejercicios de asociación, rompecabezas y crucigramas.
También le he enseñado a mis estudiantes el diseño de Objetos Virtuales de Aprendizaje (OVA) son las multimedias, las cuales han llegado a ser para ellos y ellas un producto de su necesidad como maestros en formación para teorizar y contextualizar sus prácticas al interior de sus Semilleros de Investigación y, desde luego, para mí como maestra en ejercicio.
El docente o la docente además de conocer las características de la comunidad educativa y en especial de los estudiantes y las estudiantes con quienes comparte su conocimiento en cuanto al manejo de las TIC, también debe ser capaces de identificar y redimensionar los contenidos que han perdido sentido por múltiples factores asociados con el tiempo, el espacio y la utilidad en el desarrollo de competencias, tales como las problemáticas relacionadas con el entorno cercano a la Institución y con sus estudiantes mismos.
Otra tarea formativa es la de reevaluar los procesos de lectura y de escritura, ya que el lector de los ambientes virtuales se convierte en hiperlector y el texto en hipertexto; de hecho, el hipertexto dispone la información de forma tal que la interconecta a través de hipervínculos o enlaces, buscando que bajo la necesidad de activar dicha información, el lector acuda a ella de manera ágil pero no secuencial; a diferencia del medio impreso, donde el acceso es obviamente secuencial, aunque su lectura permite otros enlaces a través de los pié de página y de voces citadas, entre otros.
Luz Dory Gonzalez Rodriguez
Docente de Lengua Castellana
Escuela Normal Superios de Amagá (2008)