Por qué la parapolítica?
La parapolitica es la unión entre paramilitarismo y política, resulta así una forma torcida, perversa e inaceptable de acceder al poder político; es un fenómeno de ilegalidad y criminalidad que surge en los centros de poder económico y político de la sociedad y termina envolviendo a miembros y a grandes porciones de la fuerza pública.
La principales razones por las que ha aumentado la parapolitica en el país son:
Hay parapolítica porque la guerrilla acosa. Es la razón original. Se pone por delante el argumento de que la guerrilla, a nombre de un pretendido combate a la desigualdad social, asesina, roba, asalta, extorsiona, secuestra. “Nos tocó armarnos para defendernos”. “Tuvimos que aceptar que grupos armados legales e ilegales nos defendieran del acoso insurgente”, dicen muchos.
Hay parapolítica porque el Estado no está presente o no actúa. “La violencia insurgente, se dice, existe y se expande porque el Estado no hace presencia o porque es débil, y por ello ineficaz, para garantizar la vida, honra y bienes de los ciudadanos, especialmente en el campo”. Nadie a nivel privado o particular tiene culpa, la culpa la tiene el Estado. Solo el vacío de Estado explica que fuerzas al margen del Estado hayan tenido que constituirse y actuar.
Hay parapolítica porque llegaron los narcos con un poder incontenible. A los iníciales impulsores del paramilitarismo (grandes ganaderos, empresarios agrarios y militares), se suman en un momento los nuevos empresarios dedicados al tráfico de esmeraldas, marihuana, coca y más recientemente heroína. Empresarios, traficantes, políticos y militares terminan aliándose contra la insurgencia y supuestos o reales auxiliares de la misma.
Hay parapolítica porque los pobres se pegan de cualquier cosa. “El paramilitarismo es impulsado por gente rica, pero su base está conformada por gente pobre”. La ocupación en la empresa paraeconómica o paramilitar es una vía de ascenso social y económico, o una de las formas más fáciles de rebusque.
Hay parapolítica porque el afán de lucro y los macro proyectos presionan. Esta es, para otros, una de las razones de fondo. Grandes vías, canales, hidroeléctricas, explotaciones auríferas, carboníferas o petroleras, oleoductos, búsqueda de salidas al Pacífico donde se supone está el futuro, la voracidad de los narcos por las mejores tierras, desatan la acción de actores armados para desalojar, desplazar a pequeños propietarios, campesinos, comunidades indígenas y negras.
No hay desplazamiento porque hay guerra, sino que hay guerra para que haya desplazamiento. El gran capital necesita la tierra, el territorio. Las cuatro primeras razones son exculpatorias, la última apunta a desentrañar una de las causas profundas del fenómeno paramilitar. A primera vista todo parecía correcto y natural. Pero el fin no justifica los medios, la acción criminal no se justifica nunca, en ninguna de sus formas, por bondadosos que parezcan sus motivos y sus objetivos. Siguiendo lógicas como estas se envileció la economía, la política, la gestión pública, la vida misma se tornó insignificante y despreciable.
El atajo, la ilegalidad, el abuso de poder, el fraude electoral, el despojo de tierras y bienes, la justicia por propia mano, las bandas armadas de civiles apoyados por la fuerza pública, las masacres, el asesinato selectivo, la desaparición y el desplazamiento forzados, el saqueo de los bienes públicos, la intimidación, la tortura, el terror en todas sus formas contra la población civil no pueden, en ninguna circunstancia, despojarse de su naturaleza de delito y de crimen.
Una violencia criminal no se combate con otra violencia criminal. Nadie puede nunca hacer la ley por su propia mano. No puede buscarse el desarrollo a través del negocio ilícito. Los objetivos de lucro del gran capital no hacen legítimo el abuso de poder y el empleo de la barbarie contra la población. Cada día son más claros los episodios recientes en que se han aliado la delincuencia y la política.
No puede aceptarse que las mafias se conviertan, con toda facilidad, con calculada impunidad, en actores políticos a través de un supuesto proceso de paz. Se requiere un gran acuerdo nacional para cerrar el paso a la parapolítica hoy y siempre.
Colombia no puede seguir en manos de la narco y la parapolìtica. Saber porqué ha habido parapolítica, sirve a tres efectos de importancia definitiva para el futuro de la nación: evitar que la barbarie vuelva a repetirse, impedir que la impunidad cubra crímenes de lesa humanidad, remover uno de los más grandes obstáculos para la reconciliación y la paz.
Todos estos oscuros y dolorosos hechos son antecedentes, subsiguientes al fenómeno de la parapolítica que hoy sacude a Colombia.
cibergrafias:
Marcela Giraldo Cano
Luisa Fernanda Velasquez
Grado 10A
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